Por Camila Dentone, Directora de Comunicaciones Girls in Tech Chile
Pilar Silva es una joven ingeniera comercial, impulsora de Alcom, emprendimiento que busca dar acceso a internet con planes a bajo costo a sectores de Santiago donde las grandes empresas no llegan. A través de Algramo, iniciativa que vende máquinas dispensadoras a granel a almacenes de barrio, José Manuel Moller se dio cuenta que en varios de los lugares en que trabajaban, los almacenes no tenían conexión a internet. Fue así que conversando con Pilar, surgió la idea de conectar a estos negocios, y de esta manera, que éstos se convirtieran en distribuidores de internet en su barrio. Esto, debido a que las compañías de telecomunicaciones las consideran zonas peligrosas y poco rentables. Además de potenciar a los almacenes de barrio, Alcom permite a los vecinos de las poblaciones acceder a internet a un precio justo. Conversamos con Pilar sobre este emprendimiento social.
¿Cómo fue que decidiste impulsar Alcom?
Después de hacer mi práctica profesional en el Centro Penitenciario Femenino, me di cuenta que quería darle un sentido social a mi carrera. Por distintas razones, no pude seguir trabajando ahí, y al salir de la universidad el 2013, empecé a buscar trabajo y ninguna de las ofertas que habían me convencían: fui a entrevistas en bancos, casas comerciales y empresas privadas. Mis amigos me vieron postulando y me preguntaban qué estaba haciendo. No tenía muchas opciones y necesitaba trabajar. Un día conversando con José Manuel Moller, amigo y creador de Algramo, me contó que en algunos almacenes no se podía poner internet. Se dio cuenta porque quería tecnologizar las máquinas a granel para ponerles sensores que midieran cuando quedaba poca comida y así enviar una señal al mail. Confirmó que las compañías no estaban dispuestas a poner internet después de llamar a un montón de empresas que le respondieron que no conectaban en esas zonas. Es increíble, tu llamas, y cuando das la dirección te dicen que no hay factibilidad, pero en verdad no es que la tecnología no llegue, es que no son zonas rentable para ellos, por lo tanto, las abandonaron.
Entonces, el Cote me contó que tenía ganas de hacer accesible el internet a través de la plataforma que ya tenían en Algramo, y que necesitaba a alguien porque en ese entonces trabajaban con un equipo muy pequeño y se trataba de un rubro completamente distinto. Me propuso armar el proyecto y me encantó la idea, así que acepté.
foto: Francisca Alcalde
¿Cómo fueron levantando el proyecto? ¿con qué desafíos te encontraste?
Fue muy difícil. Estuve como dos o tres meses investigando primero, yendo a las casas, haciendo encuestas, tratando de meterme con las empresas para que me dieran los datos sobre dónde instalaban internet. Nunca me dijeron nada porque esa información no es pública. Fue muy complejo, llamaba a las compañías y me decían “déme la dirección donde quiere contratar” y mi base de datos de direcciones para preguntar eran las de los almacenes Algramo. Partí por La Pincoya porque había averiguado que por ahí no había conexión, y tenía alrededor de 50 direcciones, entonces empezaba a consultar una por una, y me decían que solo podía preguntar por una dirección. Yo decía que éramos una junta de vecinos, inventaba cualquier cosa para que me dieran la factibilidad. Me pegaba el pique a las empresas con la lista, y me cerraban las puertas. Fue imposible. Hasta que después de insistir mucho, logré mapear los lugares donde no había internet, marcando las cuadras y las calles, y ahí partió todo. Me contacté con unos chicos que conectaban casas en Puente Alto y les dije que empezáramos este proyecto en La Pincoya. Partimos con ellos, pero como tenían este proyecto en paralelo en Puente Alto, no pudimos seguir trabajando juntos. Después de un tiempo, decidimos postular a un fondo startup, lo ganamos y armamos un equipo propio. Se sumó un ingeniero civil de la PUCV y un ingeniero en telecomunicaciones, partimos los tres armando todo desde cero.
¿Qué diferencia a Alcom de las grandes compañías?
La diferencia con las grandes empresas es, que de partida, el internet que ofrecemos es ilimitado. En otras compañías se paga por cantidad de descarga, no por velocidad. Lo que ofrecemos es un plan de internet ilimitado prepago, porque la gente con las compañías de internet, normalmente lo que hacían era contratar y pagar en retroactivo, es decir, el mes ya consumido. Entonces, pasaba que había un mes que les salía tal cifra, no lo pagaban porque no les alcanzaba, y al segundo mes, para retomar, tenían que pagar dos meses, y ahí se les hacía más difícil pagarlo. Con Alcom, si quieres consumir en noviembre, pagas el primero de noviembre y tienes todo el mes, y si en diciembre no puedes pagar porque hay muchos gastos, simplemente no pagas. Este sistema es mucho más conveniente para la gente. De todas formas, Alcom es una empresa, no regala el internet, pero lo vende a precio justo. Al final la gente paga sus equipos y después el consumo es de prepago, a un precio menor al que están vendiendo las grandes empresas.
Una vez que comenzaron a funcionar y conectar las casas, ¿qué impacto tuvo su emprendimiento en los usuarios?
Uno que tiene acceso a internet no dimensiona las oportunidades que te da. Cuando iba a conocer a la gente, me contaban desde los problemas más básicos hasta problemas fundamentales: personas estudiando en el colegio o la universidad que no podían hacer sus tareas porque no tenían internet. Las opciones eran los cibercafés, que en realidad hay muy pocos, con computadores de mala calidad y te cobran por tiempo. Hablando con muchas personas, me decían que tenían que ir con sus hijos a las 7 de la tarde al ciber, lo que significaba pegarse el pique dos horas en la tarde, y además, les salía muy caro, era un gasto enorme. Había gente que se gastaba 70 mil pesos al mes en cibercafés, más el tiempo de viaje.
También me encontré con gente que trabajaba por internet y tenía que ir a conectarse donde parientes. Ahora que tienen conexión, hemos hecho encuestas sobre qué significa este cambio y hay historias desde abuelas que cuentan que ahora sus nietos van a su casa a ver películas, hasta personas contando que sus hijos se quedan más en la casa porque ya no tienen que ir donde los compañeros a hacer las tareas. En realidad la educación es el principal uso de internet. Yo pensaba que no quería fomentar que los niños estuvieran pegados todo el día al computador, pero en realidad leyendo encuestas y datos, me di cuenta que el uso principal del internet es educación, postulaciones a trabajo, descarga de información.
¿Qué proyectos se vienen ahora en Alcom?
Queremos abrir tres comunas más, pero por ahora estamos subsistiendo con lo mismo que genera Alcom, podemos seguir creciendo un poco. La idea es habilitar más puntos. Ahora que estamos haciendo ruido, nos llamaron desde compañías grandes para conversar e invertir, entonces estamos agarrando vuelo. También nos han llamado colegios que quieren conectarse a internet, entonces la idea es no solo conectar a la gente a través de almacenes, sino que también poner antenas en establecimientos educacionales. Se nos abrió un mundo de millones de posibilidades.
¿Qué consejos le darías a alguien que quiere emprender?
Me gustaría transmitir que lo que estudiaste, lo que sabes, no determina para nada lo que puedes hacer. En verdad, si tu me veías antes, no entendía para nada el funcionamiento de internet, no sabía ni lo que era un mega, pero uno aprende haciendo, y al final si yo tuviera conocimientos en arte, música u otras disciplinas, eso igual apoya al proyecto aunque nunca te imagines que esos conocimientos pueden importar. Entonces yo creo que es fundamental no limitarse por lo que uno sabe, por lo que uno estudió o por lo que uno es, sino que en verdad las fronteras nos las ponemos nosotros mismos. Hay momentos demasiado duros porque en los emprendimientos uno trabaja 24×7, y si bien hay cierta flexibilidad, de todas formas es duro. Sin embargo, está la satisfacción de darlo todo y contribuir con el esfuerzo. Lo recomiendo a ojos cerrados.