Girls in Tech está creciendo, a veces tan rápido que cuesta seguir el ritmo y responder a tiempo. El secreto para ese velocímetro es un gran staff, un gran conjunto de manos y creatividades distintas que se aseguran de que Girls in Tech sea un espacio de acogida con toda la diversidad que las mujeres en tecnología de Chile merecen.
Sabemos que ustedes se desenvuelven en distintos espacios. Hay Girls in Tech en Universidades, en empresas, otras creando empresas. Hay chicas en laboratorios, o en institutos. Encuentras mujeres en tecnología en la árida Antofagasta, en el metro de Santiago, en el empinado Valparaíso o en las calles del Gran Concepción. Son mujeres diferentes, se ven y piensan diferente, pero poco a poco todas se forjan un espacio en esta casa que ellas mismas construyen y que se llama Girls in Tech.
Es una casa en construcción. Recién estamos en la obra gruesa. Suena extraño “invitar” a alguien a ser parte de Girls in Tech, porque en realidad no hay un nido terminado en donde acoger a esa invitada. La invitación es más bien a buscar juntas lo necesario para armar ese nido, porque todo está en construcción.
Girls in Tech no está diseñado por un grupo de amigas. De hecho, las participantes nos hemos ido conociendo estando ya dentro, en base al trabajo logrado juntas. Se suman nuevas personas, nuevas voces, y la historia se repite: nos vamos conociendo a partir de lo que vamos creando en grupo.
No siempre es fácil trabajar así. Son muchas ideas y estilos que amalgamar, y eso puede abrir la puerta a frustraciones. Pero últimamente, ese esfuerzo extra, el esfuerzo y coraje de trabajar colectivamente -colectivamente DE VERDAD- está comenzando a reflejarse en nuestra identidad y a dar frutos. Contamos con un cuerpo de voluntarias realmente excepcional, que está liderando el crecimiento de Girls in Tech fuera de Santiago. Muriel, en Viña; y Antonieta y Lucía en Concepción, están preparando la arena para que junto a esos territorios construyamos la red de mujeres en tecnología más grande del país. Mientras tanto, en la capital se suma el trabajo de marketeras, emprendedoras, académicas, coders, tuiteras, técnicas y científicas, y esa diversidad de la docena de personas que ad-honorem destinan su tiempo a Girls in Tech es lo que nos permite escuchar las necesidades de distintos nichos dentro del mar de mujeres en tecnología de Chile.
Vale la pena ese esfuerzo extra de coordinación. Vale la pena ser colectivos y colaborativos de verdad.
No queremos invitarte a que te sumes. No podríamos, porque Girls in Tech está en construcción, está en curso. Para “invitarte a ser parte” tendríamos que contar con una casa ya armada y una puerta que abrirte. Una destinación final, con la mesa puesta y el plato servido. No existe ese menú todavía, porque estamos todas en la cocina ante las ollas cortando, friendo, marinando. Y el proceso nos permite a todas agregar sabores, opiniones, ideas, preocupaciones. No hay un plato ya cocinado, todo está en curso.
Entra a la cocina con nosotras, ven a enseñarnos un par de trucos y agrega tus especies y personalidad a la masa.
Sobre la autora: Maitetxu Larraechea es la Managing Director de Girls in Tech Chile. Puedes conectarte con ella en Twitter y LinkedIn.