Es el Día del Padre y en Girls in Tech queremos celebrarlo agradeciéndoles a nuestros papás por incitarnos a explorar el mundo por medio de la tecnología. Conversando hace algunas semanas en un Encuentro de Voluntarias de GIT, nos dimos cuenta de que para muchas de nosotras nuestros papás habían sido fundamentales para definir nuestra vocación techie. Todas esas horas compartidas con nuestros papás en torno a un experimento o un mecano nos iniciaron en el camino de convertirnos en creadoras de tecnología. Somos Girl in Tech también gracias a ellos.
Gracias, papás, por hacer de nosotras unas chicas aventureras y creativas, y por acercarnos a la ciencia y tecnología sin limitar nuestros intereses. Chile necesita más papás como ustedes!
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Francisca Varela, Ingeniera Civil en Computación U.Chile [en titulación]: “Mi carrera profesional es una gran influencia de mi papá. Soy la mayor de tres hermanos hombres y nunca sentí que hubiese una diferencia en los roles asignados. Siempre nos motivó a los cuatro en el uso de las tecnología y en sorprendernos por la ciencia. Me enseñó a sumar y restar con su calculadora HP RPN (notación polaca inversa).
En vez de leernos cuentos para niños nos leía cuentos de ciencia ficción. Me acuerdo de mi sorpresa y horror al entender el cuento sobre el efecto mariposa de Ray Bradbury. Cuando salió la serie de libros de Disney sobre experimentos para niños “Tú puedes hacerlo con tus propias manos”, pasábamos los domingo en la mañana en la cocina siguiendo las guías. La patatopila, un clásico. Cuando tenía 5 años trajo el primer computador a la casa, donde aprendí a leer y a escribir.
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Patricia Peña, Docente y Coordinadora Académica Diplomado en Comunicación Digital, ICEI U.Chile: Mi papá era un apasionado en crear e inventar soluciones para cualquier problema: desarmaba artefactos eléctricos que ya no funcionaban para volver a darles funcionalidad, inventaba nuevos circuitos, le encantaba preguntarse porqué algo no andaba bien y buscar una solución mecánica o eléctrica. Junto con preocuparse por regalarme alguna muñeca, pronto entendió que también me encantaban como a él los trenes, aviones para armar y los lego. Fue encargado de hacer buena parte de una cantidad de obras de ingeniería mayor que hoy siguen funcionando en la ciudad minera de Sewell y la fundición de Caletones, en la cordillera de Los Andes al interior de Rancagua. Aunque la hija que fui se fue por el lado más humanista, era imposible que pronto esa parte los genes no implicara que finalmente mi opción era desarrollar mucho más potencial y llegar a la tecnología de Internet. Hoy se que hubiera estado feliz jugando conmigo con los makeys makeys…y se que en el lugar que esté ahora su alma y espiritu, sigue motivando a otros a que vayan mucho más en su potencial.