*Artículo escrito por Patricia Peña, periodista y académica de la Universidad de Chile; asesora equipo de Agenda Digital, dependiente de la Subsecretaría de Economía. Patricia es miembro fundador de Girls in Tech Chile y parte de su Directorio*
La semana pasada hablamos, debatimos y pusímos en la agenda el trend #mujeresy poder en Santiago, con la realización del encuentro “Las Mujeres en el Poder y en la Toma de Decisiones: Construyendo un Mundo Diferente”, organizado el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Servicio Nacional de la Mujer, en colaboración con ONU Mujeres, y que reunió a mujeres líderes de más de 60 países y que ha tenido como objetivo renovar el compromiso mundial para luchar contra esta brecha
Invitadas a participar de la sesión de consulta con organizaciones de mujeres de la sociedad civil, participamos activamente en la actividad, así como en el desayuno organizado para mujeres líderes de la empresa, para posicionar una idea fuerza que estará presente en nuestras actividades: no sólo queremos pensar que el desafío es acortar la brecha en el acceso y uso de las tecnologías, sino que la meta mayor es que existan más mujeres creando, inventando, diseñando y gestionando estas Tecnologías de Información y Comunicación y otras áreas y campos tecnológicos.
El año 2013 la XII Conferencia Regional de la Mujer de América Latina y el Caribe, organizada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) puso como tema central la situación de las mujeres latinoamericanas en la Economía Digital y Sociedad de la Información. El diagnóstico fue claro: hay errores de sistema que dan cuenta de una brecha digital de género que no se cierra.
Aún en la región de América Latina 2 de 3 personas que no acceden a la educación formal, son mujeres; y se refuerza la idea y prejuicio cultural de que las mujeres – en general – son menos capaces de entender ciencia, tecnología y matemáticas que los hombres. El informe también indica que aún en todos los países latinoamericanos persisten los desafíos en materia de alfabetización digital y desarrollo de competencias digitales en las mujeres, especialmente en las de sectores socioeconómicos más vulnerables y áreas rurales.
Pero adicionalmente, el informe da cuenta de otra dimensión de esta brecha: la participación de las mujeres en la economía digital aún es escasa, dando cuenta que la desigualdad de oportunidades que aún está dominada por una visión segregada de la división del trabajo que existe en todos los países.
El reporte recuerda que según datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), aunque las mujeres están entrando en puestos técnicos y profesionales relacionados con las TIC, son los trabajos de nivel inferior los que están más feminizados pero no los de nivel medio o los de nivel gerencial y de planificación. Por ejemplo, al igual que con la fabricación cadena de montaje tradicional, en los call center de América Latina las operadoras son típicamente jóvenes y mujeres: en seis países de la región, las mujeres constituyen el 71% de la plantilla de estos espacios laborales; en el Reino Unido las mujeres constituyen el 30% del personal de operaciones técnicas, pero sólo ocupan el 15% de los puestos de nivel gerencial y mas del 11% de las posiciones de planificación estratégica de las TIC (UIT, 2012).
El informe es claro en una visión que esperemos esté presente en la nueva ronda de conversaciones que ocurrirá en la serie de eventos asociados a la celebración de los 20 años de la Cuarta Conferencia de la Mujer Beijing 1995 o Beijing + 20 y la aprobación de parte de los gobiernos de la Plataforma de Acción de Beijing, para promover los derechos y la calidad de vida de las mujeres en todo el mundo: las políticas públicas de igualdad de género también deben tener en cuenta las dimensiones fundamentales e interrelacionadas de la economía, el bienestar y la tecnología para que puedan ser capaces de proporcionar una respuesta ambiciosa e innovadora a los retos de la sociedad actual.
La tecnología no es neutra ni neutral. No es lo es ni desde el punto de vista de quién la piensa, diseña, manufactura, empaqueta y le integra funcionalidades, contenidos, crea mundos y propone soluciones a problemas y necesidades. Por eso es tan estratégico y clave que hayan más mujeres en TIC y en tecnología.
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