Pensamos en las emociones como un rasgo distintivo de los seres humanos. Sin embargo, Cynthia Breazeal se ha encargado de crear robots capaces de transmitir estados de ánimo para facilitar la comunicación entre las personas y las máquinas. Esta ingeniera, oriunda de Nuevo México, desde niña disfrutó construyendo pequeñas máquinas con las que jugar. Sin embargo, no sería hasta estudiar ingeniería eléctrica y computación que descubriría que podía hacer de este hobby su trabajo de tiempo completo. Cynthia hoy trabaja para crear robots que tengan características humanas, en especial aquellas ligadas a comportamientos y emociones como el humor y la empatía.
Robots con sentimientos
Como buena entusiasta de la ciencia ficción, Cynthia soñaba con traer a la vida robots tan entrañables como R2D2 y C3PO. Con este sueño en mente, Cynthia se convirtió en pionera de un campo de las ciencias de la computación llamado “computación afectiva”. Este campo consiste en emular, procesar e interpretar las emociones humanas a través de algoritmos, dispositivos y sistemas. La meta de la “computación afectiva” es que los computadores y robots puedan reaccionar adecuadamente frente a las emociones humanas, lo que permite una interacción más fluida y amigable con el usuario, especialmente con aquellos que no son adeptos a la computación.
En 2002, Cynthia se integró al laboratorio de Vida Robótica de MIT y trabajó en el desarrollo del robot Cog, una máquina que debía ser capaz de aprender funciones cognitivas a partir de sus acciones previas e interacción con el entorno. Entre otras de las creaciones de Cynthia se encuentra Kismet, una pequeña cabeza robot que comunica sus emociones a través de movimientos de ojos, párpados, labios y orejas. Por ejemplo, Kismet puede decir si está feliz, triste o cansado. Por otro lado, Kismet es capaz de detectar las emociones de otros, “leyéndolas” a través de sus micrófonos y cámaras, y así reaccionar acorde a ellas.
Jibo, tu asistente personal
A mediados de este año, Cynthia batió records en el sitio de Crowdfounding “Indiegogo” con el robot “Jibo”, el primer robot familiar. Jibo es un robot de diseño simple, que detecta a través de cámaras y sensores a los integrantes de la familia. Además, cuenta con funciones educativas, domóticas, con una agenda, puede tomar fotografías y realizar videoconferencias con otros miembros de la familia que no estén en casa.
Jibo es más que una simple máquina que facilita las tareas del hogar, como lo hace el robot aspiradora “Rumba”, por ejemplo. Este robot es un asistente personal, que promueve una fácil interacción con el usuario, ya que puede operarse sin apretar botones o pantallas y es capaz de aprender de sus experiencias pasadas. Se suma a esto que Jibo tendrá un precio que lo hará asequible para un hogar promedio de Estados Unidos, lo que provocará que pronto veamos a Jibo en muchos hogares de este país. El lanzamiento de Jibo, esperado para comienzos de 2016 marcará un antes y un después en la forma en que nos relacionamos con las máquinas. A través los avances en el estudio de la interacción humano-computador será posible que nuestros computadores y dispositivos similares hagan nuestra vida aún más cómoda.
Sobre la autora: Sofía Ormazabal es una Girl in Tech que viene llegando de vuelta a Chile después de haber estudiado neurociencia en NYU. Ahora se integrará a la UC como estudiante de computación.