Probablemente, una de las cosas más difíciles de emprender es enfrentarse al miedo. Tener una idea y encarar una y otra vez los obstáculos (reales o no) que puedan existir en el camino, sin abandonar. Ya sean trabas monetarias, personales, sociales o solo la enervante posibilidad de que tu idea quizás no sea la del “millón de dólares”.
Y es que existe esta sensación de que emprender es tirarse a la piscina, dar un salto al vacío y todas esas metáforas épicas que son tremendamente inspiradoras. O atrozmente aterradoras dependiendo de en qué momento se encuentre uno y cómo se anime a tomar ese desafío.
Sin embargo, en el último tiempo en Chile hemos visto como un nuevo modelo ha comenzado a instalarse, con la llegada de startups internacionales que llegan a nuestro país con equipo local para desarrollarse y crecer en el mercado nacional.
¿Cuál es la ventaja de esto? Básicamente tener la oportunidad de aprender desde dentro como funciona una startup exitosa, cuál ha sido su camino y cuáles son las prácticas que hacen que sobreviva a los desafíos que permanentemente surgen en el camino.
En el caso de Yelp, que es de lo que más cercanamente puedo hablar, lanzar la plataforma en Chile ha sido la sensación más parecida que puedes tener a emprender, pero sin emprender. Los nervios, las alegrías y el “ñeque” permanente que hay que ponerle, hacen que sea un proyecto que se siente absolutamante propio.
En este sentido, un tema fundamental es la comunidad. Si tuviera que definer Yelp en tres palabras serían: comunidad, comunidad, comunidad. Básicamente porque sin ella, la plataforma no podría existir, no tendría contenido ni razón de ser. Por tanto, cuidarla, conocerla y hacerla crecer a través de un equipo dedicado a ello es central.
Ese énfasis, me ha hecho evidente uno de los factores centrales del emprendimiento y del que a veces es fácil olvidarse cuando estás encerrado en tu proyecto: las personas, sus necesidades y sus interacciones son las que sostienen tu startup en el tiempo, por lo que es importante darles la atención que merecen, en vez de dejarlas de lado por el énfasis en los “quick wins”.
Si, a veces es difícil manejar la ansiedad. Sin embargo, si algo he aprendido en estos meses, es que darte el tiempo de escuchar a tu comunidad vale la pena. Ella es la que te puede ir guiando, entregando indicadores de éxito y fracaso de tus iniciativas y dándote alertas tempranas que, si las escuchas, pueden salvarte de un millón de dolores de cabeza.
Así, vale la pena tirarse a la piscina. Con los ojos abiertos, preparado para aprender, escuchar permanentemente y dejar menos espacio para el miedo. Quizás no es un espectacular piquero con triple mortal, pero te mueves en la piscina. Y sin miedo.
Sobre la autora: Sofia Varas es una periodista y actualmente es la representante de Yelp en Chile. Puedes conectar con ella a través Twitter: @sofiavaras.